Por. Mag. Carlos Gerardo Rengifo S.
Los Bioindicadores (Seres vivos que detectan la contaminación) – una visión General. La conservación de los ecosistemas y su biodiversidad han recibido mucho interés en los últimos años y actualmente es considerado a nivel mundial un tema prioritario. Los ecosistemas acuáticos lóticos (ríos y arroyos) y lénticos (lagos y lagunas) merecen extrema atención ya que son en definitiva los colectores de vertidos de la actividad humana con un origen puntual (efluentes industriales y domésticos) como difuso (producto de las actividades agrícolas y de minería).
Recientemente estamos usando, libélulas para saber el estado de las aguas, hormigas para evaluar la peligrosidad de una mina, abejas para detectar la contaminación atmosférica urbana, la hoja del tabaco para comprobar daños por ozono, corales y pingüinos para conocer el alcance del cambio climático... En vez de costosos equipos de medición y análisis complejos e imprecisos que requieren de amplios y profundos conocimientos. La ciencia actual propone el uso de bioindicadores, organismos o sistemas biológicos sensibles a las variaciones en la calidad ambiental.
Su fundamento estriba en que ante la más mínima alteración de las condiciones de su entorno, algunos seres vivos generan una determinada respuesta, cambiando sus funciones vitales y/o su composición química o genética, o incluso acumulando el agente contaminante como es el caso de los bioacumuladores.
Por ello, estos seres vivos se pueden convertir en unos indicadores biológicos muy útiles, fiables - y económicos - para evaluar la calidad ambiental del suelo, el aire o el agua. Así lo ha asumido por ejemplo la reciente Ley de Aguas y paramos, los criterios de EIA, etc., que incorporan el uso de bioindicadores para indicar el nivel de degradación o el buen estado de un ecosistema.
En este sentido, algunos animales son conocidos tradicionalmente por los pescadores, agricultores y quienes dependen del recurso hídrico como buenos indicadores de las condiciones de los ríos o cuerpo de agua. Tal es el caso por ejemplo de los mirlos acuáticos, las libélulas y caballitos del diablo, las moscas de mayo, las nutrias o las ranas comunes. Este tipo de animales necesitan unas aguas muy limpias para encontrarse a gusto. Si aparece algún mínimo elemento contaminante, que podría pasar desapercibido para los seres humanos, estos individuos huyen del lugar.
Las plantas son unos indicadores muy utilizados por los investigadores, ya que se basa en técnicas simples y relativamente económicas. Por ejemplo, muchos estados de Europa y Estados Unidos pretenden evaluar la calidad del aire e identificar los contaminantes atmosféricos, usando plantas bioindicadoras.
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