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EVOLUCION DE LOS SISTEMAS DE COSTOS.  COSTOS DE LA CALIDAD Y COSTOS AMBIENTALES.  UNA APROXIMACIÓN A LA REALIDAD DE UNA SOCIEDAD POSTINDUSTRIAL

 

  1. LA CONTABILIDAD COMO INSTRUMENTO DE PREVISIÓN Y DE GESTION

 

La contabilidad como técnica, como arte, como disciplina, inicia por sí sola, y años atrás, un recorrido independiente, de búsqueda hacia lo que hoy denominaremos contabilidad pura, tratando de identificar su naturaleza, su función y su objeto.  Es importante enumerar que el recorrido presenta diversos matices que se abordan desde el simple reduccionismo a un sistema de cuentas, hasta la concepción heterogénea de un sistema administrativo.  Así, es como la contabilidad se vislumbra desde un nuevo ángulo, ligada al desarrollo de la organización científica y de la economía de la empresa.  “La contabilidad es acreedora a un puesto en el conjunto de los conocimientos y de los métodos que contribuyen a dotar a la empresa de espíritu científico, con objeto de que esta importante célula económico-social pueda cumplir su cometido propio con la máxima eficacia para los que colaboran en ella y para la sociedad en general”  (Vlaemminck, 1961).

 

Ahora bien, determinar el carácter personalista, materialista, contista, etc., o más allá un carácter jurídico, estadístico, matemático, económico, etc., de la contabilidad, permitiría evidenciar la heterogeneidad que históricamente ha permeado el desarrollo científico de la disciplina contable.  Para efectos de este escrito me referiré brevemente a la concepción económica y su estrecho vínculo con el valor; e igualmente la transición a la teoría de la contabilidad integral, como una concepción administrativa de la misma.

 

Así, la tendencia contable italiana de la primera mitad del Siglo XX, se basa en la concepción económica de la contabilidad, teniendo como eje central el valor del objeto de la cuenta.  Así, J. Dumarchey define a la cuenta como  “toda clase o categoría de unidades de valor”.  Aunque es necesario recalcar que lo relativo al valor se convierte en una idea tan vaga y/o compleja como el mismo entorno económico en el que circulan diversidad de teorías como la del valor-trabajo, valor-utilidad, teoría marginalista, neomarginalista, etc.  Pero, es precisamente allí donde los contables simplifican el problema del valor, con una estrategia reduccionista y exclusiva de una unidad de medida como el precio, expresado en moneda; lo que evidencia lo alejada que puede o ha estado la expresión de las cuentas de una realidad económica.  Aún así, se ha intentado explicar a través de la teoría económica la naturaleza contable, fundamentada en tres elementos:

 

  1. La noción de valor detrás de las cuentas.
  2. La concepción económica de la empresa.
  3. El concepto económico de capital.

 

Por ello, Jean Fourastie indica que la contabilidad es  “el registro en unidades monetarias de los movimientos de valores económicos, con vistas a facilitar el gobierno de las empresas financieras, industriales y comerciales”.  Marcel Pauwels dice  “la contabilidad tiene ante todo una función económica que desempeñar, las operaciones que registra son modificaciones de valor, y tales modificaciones no siempre tienen un carácter jurídico”.  Jean Bournisien:  “La contabilidad tiene por objeto la medida de los valores económicos y su aplicación al patrimonio de las personas”.

 

En 1929 René Delaporte se adhiera a la escuela económica, con una concepción amplia del valor, trascendiendo a la incorporación de todo aquello que se relacione con la empresa a la contabilidad, tales como bienes reales, servicios, derechos, etc.; en un intento por ser integralista este autor es idealista  “la cuenta es aritmética y estadística, debe expresar las cantidades y su valoración”  y recalca que no se tiene más que cuentas de valores.

 

Por la misma época, y desde 1914 J. Dumarchey ya enunciaba su teoría positiva, asentando su doctrina sobre el concepto de valor, con un estrecho vínculo entre la economía y la contabilidad, identificando que esta última no puede referirse más que a cuestiones de producción, distribución y consumo de las riquezas; y a partir de la clasificación de ciencias como la química, la física y la biología, llega a un concepto de cuenta mencionado anteriormente  (toda clase de unidades de valor), estudiando con el nombre de estática contable la forma y la calidad del balance, la cantidad del balance y los géneros y especies de balances; llegando a estructurar a la contabilidad como un modelo físico:  1)  definición de la ley de la dinámica de las cuentas, 2)  definición del balance dinámico, y 3)  estudio cuantitativo del balance.

 

Solo a partir del segundo cuarto del Siglo XX, se empieza a generar una corriente que intenta descubrir la autonomía de la contabilidad, independencia del valor como sustento económico, independencia de la partida doble como método, del derecho como propiedad y legalidad, etc., y como lo describe Vlaemminck es una época donde se inicia el desarrollo de la teoría contable pura, sustentada en que la contabilidad es un método de observación de cualquier clase de hechos.  Para operacionalizar esta concreción es necesario entonces que el proceso contable seleccione ciertos elementos, que se delimite su campo de acción y que se investigue la naturaleza de los hechos que son expresados por las cuentas.  La dificultad entonces se denota en el límite de la investigación, su proceso selectivo y la manera de condensar los datos.

 

Es entonces en primera instancia una necesidad del proceso contable seleccionar la naturaleza de los hechos observados que serán incluidos  (económicos, jurídicos, estadísticos matemáticos, etc.); y es con la aparición utilitarista del modelo contable y la organización administrativa racional, promovida por Henri Fayol, donde se enuncia que  “el proceso contable ha aislado los hechos numerables y ha conservado solo aquellos que en función de su utilidad para la gestión de la empresa deben formar parte de un sistema coherente de contabilidad”  (Vlaemminck, 1961).

 

Es la realidad viva de la empresa, en su creación continua la que abarca tal volumen de hechos, susceptibles de ser reconocidos, enumerados, valorados y contenidos en el proceso contable.  Fenómenos económicos, realidades jurídicas, actividades humanas, son reflejadas de manera natural en las cuentas, permeadas por la utilidad contenida en ellas para la empresa; es la heterogeneidad de los hechos registrados en valor monetario bajo el título o encabezamiento de la cuenta lo que evidencia la diversidad de la sustancia representada por las cuentas.  “Las series de cifras registradas en las cuentas y sintetizadas en los balances no son simples enumeraciones.  Son la transformación en una unidad monetaria dada, del valor de los fenómenos, de los hechos, de las obligaciones jurídicas, de los elementos materiales, etc., seleccionados por la evolución o proceso contable”  (Vlaemminck, 1961).

 

Aparece entonces una concepción integral de la contabilidad, donde convergen las demás teorías  (personalista, contista, materialista, económica, legalista, etc.), es la concepción administrativa de la contabilidad.  Urbain Vaes califica a la contabilidad como un método al servicio de la organización de empresas.  Para J. Fourastie la contabilidad es un simple método administrativo, lo que quiere decir que es una ciencia administrativa.  Para Marcel Mary la más importante función de la contabilidad y la única que puede justificar plenamente los gastos que exige, es su función administrativa.  Todas las menciones anteriores se justifican en la heterogeneidad de los hechos contables, es decir los múltiples fenómenos que ha de abarcar, clasificar y expresar en valor monetario, tales como:  fenómenos jurídicos, económicos, fiscales, administrativos, técnicos, humanos, sociales, culturales, ambientales, etc.  Por ello, Bosseler desde 1947 ya mencionaba la necesidad de orientar métodos contables hacia el control de gestión, como una muestra racional de la utilidad contable en la unidad empresa, como entidad acumuladora de los fenómenos susceptibles de ser observados y seleccionados.

 

Todo lo anterior demuestra las posibilidades de conexión entre la contabilidad como enumeradora de hechos  la empresa como unidad agrupadora de complejos hechos correspondientes a diversas disciplinas del saber humano, presentados cotidianamente.  Es así imperante la coordinación interna de los hechos enumerados y seleccionados como útiles para la organización.  Es necesario que exista una concordancia entre la organización de la contabilidad y la estructura de la empresa.  En 1951 Armand Labar considera que la contabilidad industrial es más un instrumento de gestión que un órgano de registro cuya finalidad es la determinación de resultados.

 

Charles Buxton Going, uno de los autores más representativos de antes de la primera guerra mundial, en 1912 descomponía el ciclo industrial en cuatro fases, correspondientes a las funciones principales de aprovisionamiento, de fabricación, de venta y de administración.  Aquí, quiero mostrar que la contabilidad transversalizada por la organización racional de la administración y el concepto de economía de empresa busca servir de medio de control para la gestión y la toma de decisiones internas, teniendo presente que las funciones de producción requieren información de los hechos que se originan allí y que son determinantes de los resultados.  A la presenta de qué gastos debían ser considerados como directamente productivos, es decir aplicables al objeto fabricado, y cuáles aparecen solo de manera indirecta en el productos, Charles adopta la división clásica:  costos imputables a los materiales, al personal o mano de obra, a la explotación industrial y a la gestión comercial.  Buxton expone también los cinco métodos de distribución de los gastos indirectos:  en función del costo de los materiales, en función del importe de retribución de la mano de obra directa; en función de l as horas de operario; en función de la tasa horaria de las máquinas; y en función de los gastos imputables a los centros de producción.

 

En Alemania, la contabilidad de explotación y de gestión ha sido desarrollada sistemáticamente.  Desde 1920, y muy especialmente a partir de 1925, el movimiento de la economía de la empresa ha estudiado de manera racional los diversos métodos de cálculo de costos, incorporando a la contabilidad, aparte de la teneduría de libros y la elaboración del balance de situación, el cálculo de costos, la estadística y el planning  (Fritz Schultheiss, 1954).

 

La primera obra con el enfoque de  “contabilidad de gestión”  de la cual se tiene conocimiento, según Vlaemminck, data de 1943, y es una traducción realizada a libro de Antonio Renzi, denominado Principios Generales de Técnica Administrativa Industrial.

 

Queda entonces demostrada la evolución de las concepciones teóricas en contabilidad y su tendencia vinculada al desarrollo de la unidad empresa, que exige cada vez informaciones cuantitativas y/o cualitativas, para dar razón de manera interna y externa de las decisiones presentes y futuras, como direccionamiento o razón de ser de las mismas.

 

 

  1. LA SOCIEDAD POST INDUSTRIAL:  DE LA PRODUCCIÓN DE BIENES A LA PRODUCCIÓN DE SERVICIOS

 

2.1.           Camino a una Sociedad Post Industrial

 

El desarrollo de las sociedades visto con perspectiva económica, donde las funciones de producción, consumo y distribución, dependen sustancialmente de las actividades ejecutadas por el hombre al interior de las organizaciones, depende fundamentalmente de la estructura social  (economía, tecnología y sistema de trabajo), la estructura política  (distribución del poder)  y la cultura  (reino del simbolismo expresivo y los significados).  En la sociedad post industrial el principio axial de la estructura social es el de economizar  (menos costos, maximización, optimización); el principio axial de la política moderna es la participación; el principio axial de la cultura es el deseo de realización y reforzamiento del sujeto.  En la sociedad post industrial la relación con los instrumentos de producción no determina el dominio, el poder o el privilegio en la sociedad.

 

Las condiciones para la aparición de una Sociedad Postindustrial  (Bell, Daniel, 1976), se resume en cinco factores esenciales:

 

1.      Sector económico:  cambio de sociedad productora de bienes a otra productora de servicios.

2.      Distribución ocupacional:  preeminencia de clases profesionales y técnicas.

3.      Principio axial:  centralidad del crecimiento teórico como fuente de innovación y formulación política de la sociedad.

4.      Orientación futura:  el control de la tecnología y de las contribuciones tecnológicas.

5.      Tomas de decisión:  creación de una nueva  “tecnología intelectual”.

 

Según Colin Clark cuando las naciones se industrializan recorren una trayectoria inevitable por la cual, debido a las diferencias sectoriales de la productividad, una amplia proporción de la fuerza de trabajo pasaría a la industria y al crecer la renta nacional habría una demanda de servicios y una mutación correspondiente hacia ese sector.  La mayor fuerza de trabajo no se ocupa en agricultura o en fábricas, sino en servicios  (comercio, finanzas, transporte, sanidad, recreo, investigación, educación, gobierno).

 

Preeminencia de la clase profesional y técnica:  El cambio en la distribución de las ocupaciones, se refiere no sólo a dónde se trabaja sino el tipo de cosas que se hacen.  La economía industrial incorpora al trabajador semi-especializado que se puede formar en pocas semanas para hacer simples operaciones de rutina, y es ese tipo de trabajador la categoría más amplia de la fuerza de trabajo.  En una economía de servicios el trabajo se da en las oficinas, en la educación y la administración; se genera un desarrollo importante de los profesionales y técnicos que requieren educación universitaria; el grupo clave de la sociedad post-industrial son los científicos e ingenieros.

 

Primacía del conocimiento teórico:  El conocimiento ha sido esencial en cualquier tipo de sociedad, pero en la sociedad post industrial el carácter de ese conocimiento cambia, dándole una posición central al teórico, primando así la teoría sobre el empirismo.

 

La sociedad industrial se caracteriza por la coordinación de máquinas y hombres para la producción de bienes.  La sociedad post industrial se organiza en torno al conocimiento para lograr el cambio, y esto a su vez da lugar a nuevas relaciones sociales y nuevas estructuras.  Es la simple conciencia de la naturaleza de la innovación la que convierte al conocimiento teórico en algo tan crucial.

 

“La que se puede denominar la primera industria moderna, por la estrecha vinculación de ciencia y tecnología, es la química puesto que necesita tener un conocimiento teórico de las macromoléculas que se manipulan para hacer síntesis químicas”  (Bell, 1976).  De igual forma la dirección económica se ve mediada por justificaciones teóricas para entenderla e intervenirla.  En la sociedad post industrial las decisiones sobre política económica, aunque no sean una técnica exacta, derivan de una teoría y frecuentemente se justifican teóricamente.

 

La unión de ciencia, tecnología y técnicas económicas en los últimos años se simboliza en la fase  “investigación y desarrollo”.  A partir de aquí, han surgido las industrias basadas en la ciencia que domina cada vez más el sector industrial de la sociedad y proporcionan la primacía, según ciclos de productos, a las sociedades industriales avanzadas.  (Bell, Daniel, 1976).  Pero esas industrias de base científica, al contrario de las industrias que surgieron en el siglo XIX, dependen principalmente del trabajo teórico anterior a la producción.  Los computadores no existirían sin los trabajos sobre física de los sólidos de Felix Bloch; el láser surge de las investigaciones de I. I. Rabi sobre la estructura molecular de la luz.  Se puede afirmar, sin descubrir ningún mediterráneo, que la U.S. Steel es el paradigma de corporación del primer tercio del siglo XX, la General Motors del segundo tercio y la IBM del último tercio.  Los adelantos en cualquier campo dependen cada vez más de la prioridad del trabajo teórico, que codifica lo que se conoce y señala el camino para una confirmación empírica.

 

La planificación de la tecnología:  Las sociedades post industriales serán capaces de alcanzar una nueva dimensión del cambio social, la planificación y el control del crecimiento tecnológico.  Es posible controlar la tecnología.  Lo que se requiere es un mecanismo político que permita realizar estos estudios y establecer criterios para la regulación de las nuevas tecnologías.

 

El surgimiento de una nueva tecnología intelectual:  North Whitehead escribió:  “La invención más importante del siglo XIX fue el método de invención”.

 

La promesa metodológica de la segunda mitad del siglo XX es la dirección de la complejidad organizada, la identificación e instrumentación de estrategias para una elección racional en el juego contra la naturaleza y en el juego entre personas, y el desarrollo de una nueva tecnología intelectual que, tendrá tanta importancia en los asuntos humanos, como la tecnología maquinista en el siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX.

 

Desde 1940 ha habido una notable aparición de nuevos campos cuyos resultados se aplican a los problemas de la complejidad organizada, tales como:  teoría de la información, cibernética, teoría de la decisión, teoría de juegos, teoría de la utilidad, procedimientos estocásticos, etc., y de ellos se derivan técnicas específicas, como la programación lineal, la teoría estadística de la decisión, las aplicaciones en cadena de Markov, los cálculos de azar de Montecarlo y otras.  Así, en esta época los adelantos en la teoría de las probabilidades, en la teoría de las series sofisticadas y en la teoría de los juegos y las decisiones han hecho avances posteriores en la aplicación teóricamente posible.

 

Lo característico de la nueva tecnología intelectual es el esfuerzo por definir una acción racional e identificar los medios para llevarla a cabo.  Una tecnología intelectual es la sustitución de juicios intuitivos por algoritmos  (normas para la solución de problemas).  Su objetivo es realizar el sueño de un alquimista social:  el sueño de ordenar la sociedad de masas.  En la sociedad hay millones de personas que toman diariamente billones de decisiones sobre qué comprar, cuántos hijos tener, a quién votar, qué trabajo elegir, etc.  Una elección particular será tan impredecible como el átomo cuántico que responde erráticamente a los instrumentos de medida.  Pero, finalmente es esencial el computador como herramienta, con la teoría de la decisión como maestro.

 

La significación de la sociedad post industrial consiste en:

 

1.         La consolidación de la ciencia y los valores cognoscitivos como necesidad institucional básica de la sociedad.

2.         La toma de decisiones cada vez más técnicas involucra a los científicos o economistas más directamente en los procesos políticos.

3.         La intensidad de las tendencias existentes hacia la burocratización del trabajo intelectual crea una serie de limitaciones a las definiciones tradicionales de los valores y empeños intelectuales.

4.         La creación y la extensión de una inteligencia técnica plantea problemas cruciales sobre la relación entre el técnico y el intelectual.

 

Se podría afirmar entonces, que el concepto predominante en una sociedad post industrial, que también podría denominarse sociedad del conocimiento, es precisamente el carácter de este último:  “crecimiento exponencial y especialización de la ciencia, surgimiento de la tecnología intelectual, creación de una investigación sistemática a través de inversiones para la investigación y el desarrollo, terminando en la codificación del conocimiento teórico”  (Bell, 1976).

 

 

2.2.  De la producción de bienes a la producción de servicios

 

El capital y la tecnología de la era industrial se concentraron en la productividad industrial, en tanto que el capital y la tecnología de la era de la información se enfocaron en la productividad de los trabajadores del conocimiento y de servicios.  La tecnología de la información es la herramienta principal para obtener las ganancias sustanciales y progresivas de la productividad que modelarán los líderes  (individuos, compañías, instituciones y países)  del siglo XXI.  Para muchas organizaciones esto significa una reestructuración de su base de costos.  Las ganancias menores en eficiencias, ya no son adecuados para satisfacer las exigencias en la restricción de costos de los años actuales.  El punto central ahora, consiste en desplazarse hacia unas transformaciones importantes en los negocios mediante los cuales se reorganizarán los procesos completos  (producción y administración).  Los sistemas con base en documentación, los procesos sujetos a aprobación burocrática, las actividades de oficina con fuerza laboral intensiva, los ciclos de procesamiento por lotes y los procesos con múltiples tomas de decisiones están reemplazándose por la captura de datos en la fuente, el procesamiento integrado de transacciones, el intercambio electrónico de datos, los sistemas de tiempo real, el apoyo para la toma de decisiones en línea, los sistemas de administración y los sistemas expertos.

 

El cambio en la orientación de los programas de productividad que pasa del énfasis en el recorte de costos, al mejoramiento del desempeño y la efectividad organizacionales, se presenta por dos razones.  Por una parte, han fallado muchos programas de reestructuración de costos, debilitando de manera permanente una compañía en su mercado y comprometiendo sus oportunidades de sobrevivencia.  Más aún, el efecto que produce la tecnología de la información conduce a modelos completamente nuevos de alto desempeño en el sistema de trabajo.  La energía humana se reinvierte en nuevos aspectos a medida que se opone a ser eliminada a causa de reducciones generales de personal.

 

La automatización, la mecanización e informatización de los procesos han venido originando nuevas interpretaciones de la mano de obra, con lo cual con el transcurrir del tiempo ha pasado a ser un simple componente de control o apoyo de los equipos, los cuales son los que realmente ejecutan las operaciones de procesos, pasando de esta forma, la mano de obra a tener una relación mínima en el costo de los procesos.

 

 

3.      EVOLUCION DE LOS SISTEMAS DE COSTOS

 

3.1.           Antecedentes

 

Los indicios de existencia de la práctica contable están dados de una cuantos miles de años, antes de la era cristina.  En Summer, un país situado en la antigua Mesopotammia, alrededor de los ríos Tigris y Eufrates, donde se encuentran unas tablillas de arcilla, se evidencia un gran listado numérico de las transacciones a manera de triángulos y círculos  (escritura cuneiforme).  Dichas tablillas se encuentran apiladas al interior de los templos, donde se efectúan las verificaciones correspondiente, por parte de los escribas, quienes comprobaban la sumatoria de largas filas numéricas contenidas en ellas.  También en Egipto, Grecia y toma, como culturas de la edad antigua, se tiene evidencia de la existencia contable, con libros en papiros, placas calcáreas de mármol y otros materiales, que eran llevados en orden cronológico por los escribas de la época.  “La necesidad de información sobre las transacciones comerciales es tan antigua como el intercambio comercial”  (Gutiérrez, Fernando.  2005).

 

En el siglo XIV, mucho antes de la aparición de Lucas Paciolo, en países como Italia, Inglaterra y Alemania, se conocieron los primeros rudimentos de costos, como resultado del crecimiento y desarrollo de las industrias de vinos, monedas y libros, de mucho auge en ese entonces.  En el año 1340, se da cuenta de la existencia de la primera contabilidad llevada por partida doble, en Génova Italia, por los tesoreros de la ciudad  “Los Massari”; pero es hacia el año 1370 cuando el famoso banquero y comerciante italiano Francesco di marco Datini muestra un prodigioso ejemplo de contabilidad industrial, que suministra una extraordinaria documentación acerca de toda la organización de la industria de la lana de aquel tiempo; seguido por la poderosa familia Florentina de los Médicis en el año 1431, que en su actividad industrial englobaba todo el ciclo de fabricación, desde el batido de la lana hasta el apresto dado a los paños manufacturados, con un riguroso control del material pasado a cada fase de la producción.

 

El advenimiento de la revolución industrial a partir de 1776, a raíz del invento de la máquina de vapor, trajo consigo un nuevo desarrollo y crecimiento de las industrias manufactureras, y con ello un nuevo impulso a la contabilidad de costos.  Las necesidades de capital, materia prima y mano de obra, crearon el ambiente propicio para hacer desarrollar los rudimentarios métodos contables que existían y adaptarlos al creciente progreso industrial de esa época.  En el año 1800 se habla ya de los  “costos conjuntos”  como uno de los problemas más delicados, a raíz del desarrollo que cobraron en ese entonces las industrias químicas.  Entre los años de 1820 y 1880, la contabilidad de costos toma gran fuerza en el medio manufacturero, y en el año 1830, se hace hincapié en algunos escritos en Inglaterra sobre la importancia que tiene para los dueños de las empresas conocer los verdaderos costos de elaboración de cada artículo.  En 1885, se publicó por primera vez en Inglaterra un libro titulado Costos de manufactura por Henry Netcalfe, en el cual se daba extraordinaria importancia a este sistema contable.  En el año 1910, las contabilidades general y de costos se fusionan por primera vez, y entran a cumplir una función trascendental, no sólo en lo que respecta al registro de datos, mejor conocimiento de los costos de producción de cada artículo elaborado, sino también en el control de las diferentes áreas de producción, especialmente a partir del año 1920, cuando surgen los predeterminados.  Desde ese momento se observan notables progresos en los costos de manufactura, como el llamado  “presupuesto flexible”, de gran utilidad en la aplicación de los costos estándar.

 

Sin embargo, es importante señalar que antes de la citada revolución industrial, tanto en Estados Unidos  (Caso Springfield)  como en el Reino Unido, ya  se tenían vestigios de una contabilidad de costos avanzada.  Los precursores en materia de contabilidad industrial se pueden citar:  Louis Daubresse, Camile Lambert, Ansotte y Defrise, Mal y Manfroy, Héctor Blairon; quienes dan clara muestra de que en las escuelas industriales del Hainaut ya se enseñaba contabilidad industrial con cálculo de costos, permanencia de inventario, resultados mensuales de explotación y análisis de costos  (Vlaemminck, 1961).

 

3.2.           Evolución según Jonson y Kaplan

 

Estos autores, clasifican el proceso de desarrollo de la contabilidad de costos, desde 1885 cuando es publicada la obra de Netcalfe, y con el cual se da inicio a la asignación de costos indirectos, luego efectúan una división al desarrollo de la misma,  a partir del modelo de Administración Científica de Taylor, como paso al siglo XX, la creación de las empresa multidivisionales y el nacimiento del ROI  (return on investment); y por último la depresión de los años 30 y el predominio de la contabilidad financiera.

 

En la primera etapa  (últimas décadas del siglo XIX), los avances de la contabilidad de costos están dados por el nacimiento del ferrocarril y la industria del acero.  Se desarrollaron medidas como el costo de operación y la tasa de gastos de operación en relación a los ingresos, como medida de eficiencia en la estructura operativa; se usaron medidas tales como el margen bruto  (utilidad bruta sobre ventas)  y la rotación de inventarios  (ventas sobre el nivel de inventario)  para medir rentabilidad y velocidad de conversión de existencias en ventas.  Las organizaciones de esa època tenían un claro enfoque hacia el producto y consecuentemente hacia los costos que eran fácilmente identificables y medibles como la materia prima y la mano de obra.  Debido a que los costos indirectos no eran tan imprtantes en las empresas de la época, no se interesaban mucho en invertir recursosque verificaran su asignación; por lo que se adoptaron reglas simples de asignación, multiplicando horas o unidades monetarias de mano de obra por una tasa de costos indirectos.  Según Garner  (1947 y 1954), en las últimas décadas del siglo XIX se dan los siguientes avances:  1) integración de las cuentas de la fábrica en los registros generales, 2) discusión de los detalles implicados en el manejo, registro y valoración de los materiales, 3) tratamiento del registro y valoración de la mano de obra, y 4) aparición de las primeras propuestas de imputación de costos indirectos.

 

En la segunda etapa  (Administración Científica de Taylor), se desarrolla lo que hoy se conoce como costos estándar, teniendo como punto de partida el estudio de los procesos de trabajo y consumo de materiales, que pudieran dar paso a tareas simples y controlables.  Así, en este período el interés estaba centrado en la eficiencia de los trabajadores y en la racionalización en el uso de los materiales, que mediante parámetros obtenidos de manera conjunta  (ingenieros, contables)  pudiera ser controlado el proceso de producción, en una tarea de comparación y/o análisis de desviaciones.

 

La tercera etapa mencionada por Johnson y Kaplan es fundamental en la aparición y desarrollo de nuevas organizaciones que empezaron a tener ritmos y estructuras internas diferentes:  “la concentración de actividades cualitativamente diferentes en la misma organización, obligó a la utilización de una medida uniforme capaz de identificar la mejor distribución del capital entre las distintas partes o divisiones de la empresa integrada” (Gutiérrez, 2005).  Aparece en esta época entonces un indicador fundamental que ha sido identificado con el nombre de la compañía que lo enunció:  indicador de Dupont, enunciado por Dupont Powder Company en 1903, donde se proporcionaba una medida global del éxito de cada unidad operativa y de la organización en su conjunto, ya que relacionaba el margen operativo con la rotación de los activos.  La información obtenida se utilizó con tres propósitos:  1) análisis de la eficiencia potencial de los procesos, 2) comparación de la eficiencia real con la potencial, y 3) simplificación de la tarea de valoración de inventarios.  Así, en 1923 Clark enuncia nueve funciones básica de la contabilidad de costos:  (Gutiérrez, 2005)

 

1.      Ayudar a determinar el precio satisfactorio de los bienes vendidos.

2.      Ayudar a fijar un límite mínimo en las disminuciones de los precios.

3.      Determinar qué productos eran los más beneficiosos.

4.      Controlar el inventario.

5.      Fijar un valor para el inventario.

6.      Comprobar la eficacia y eficiencia de los distintos departamentos y procesos.

7.      Detectar pérdidas, derroches y robos de inventarios.

8.      Separar los costos de la inactividad de los costos de producir bienes.

9.      Ayudar a los informes financieros.

 

En la última clasificación presentada por Johnson y Kaplan, se asevera que entre 1925 y 1980 no hubo progreso en materia de contabilidad de gestión, ya que el cálculo de los costos tanto para las existencia como para los resultados, fueron destinados a la contabilidad financiera, antes que a la gestión de las empresas.  Todo ello por tres razones que surgen en la década de los 30:  1) necesidad de fondos de las grandes corporaciones, 2) proliferación de los mercados de capitales, y 3) mayor demanda de información sobre valoración de inventarios, necesarios para los informes de contabilidad financiera.

 

Es por ello, que se prefiere la información de la contabilidad financiera para asignación de los costos de producción a los bienes vendidos e inventariados; así, solo se utilizaban medidas simples de reparto para los costos indirectos y no se asignaban a los productos los costos diferentes a la producción  (mercadeo, ventas, administración, financieros), sino que se consideraban costos del período.  Lo que quiere decir que en esta época no se pretendía indicar la causalidad de los costos, sino su veracidad  (Gutiérrez, 2005).

 

3.3.           Evolucion según Horngren.  (Desde 1950 hasta hoy)

 

Este autor, identifica tres etapas, que están en concordancia con los objetivos de la contabilidad de costos:  1) costo verdadero, 2) verdad condicionada, y 3) verdad costosa.

 

En la etapa del costo verdadero  (años anteriores a 1960), el objetivo era determinar con rigor el costo del producto.  El método predominante fue el costeo absorbente o total, donde se obtiene un único costo de producción. 

 

Para la segunda etapa, a partir de los años 60, nace el método del costeo directo o variable, para efectos de toma de decisiones internas y de control, teniendo como antecedente que los sistemas de costos tenían una triple utilidad:  insumo para la contabilidad financiera, para el control de gestión y para la toma de decisiones.  Es en esta segunda etapa donde se rompe con el esquema de costo único y verdadero; éste debería ser útil para las decisiones del usuario:  para la rentabilidad y/o decisiones e producción era útil el costeo directo y para la valoración de existencias y/o costo de ventas era útil el costeo total.

 

En la última etapa, que aparece a finales de los setenta, donde hay avances en las teorías de finanzas, la economía internacional, los mercados de capitales, se muestra una clara evidencia del valor de la información y los costos para su obtención; y es aquí donde se deben comparar los beneficios y los costos de cualquier iniciativa de información; los modelos de decisión y los procedimientos de control sofisticados debían utilizarse solo en contextos en el que los beneficios de su utilización superaran a los costos de su determinación.  Aquí, no solamente se tendrá en cuenta el costo de la información, sino también su utilidad.

 

El desarrollo de los costos, a partir de los años 80, vinculado estrechamente a los cambios en los entornos productivos y organizacionales, y la utilidad de los mismos, tanto interna como externamente serán recogidos en el siguiente punto.

 

4.      NUEVO ENTORNO EMPRESARIAL

 

A partir de la década de los 80, el entorno productivo sufre transformaciones producto de los desarrollos tecnológicos y computacionales, de la evolución de la economía internacional y sus mercados, de la preponderancia del conocimiento teórico y sus codificaciones.  También es modificado por la invasión de productos japoneses en occidente; y las características de ese nuevo entorno son:

 

1.      Cambios rápidos en la tecnología que hicieron que se aumentase la productividad en forma exponencial.

2.      Aparición de productos con un ciclo de vida corto que hizo a las empresas lanzar al mercado continuamente productos casi perecederos.

3.      Cambios en la organización de la producción, pasando de una organización por funciones, en la que el producto pasaba por una serie de fases, a una producción integrada en la que el producto se comenzaba y terminaba en un mismo proceso y con unos mismos trabajadores.

 

Por lo tanto, las innovaciones productivas acentuaron la necesidad de mejorar los procesos operativos y de gestión, en los cuales la contabilidad cumple un papel fundamental y se hace imperante considerar nuevos hechos numerables no considerados en los años anteriores, tales como la calidad  (y lo no-calidad), la gestión de los inventarios, la organización de la producción y sus sistemas; y más recientemente los costos ambientales, como reconocimiento de que el hombre hace parte de un entorno que modifica constantemente.

 

Varias premisas se generan entorno al nuevo ambiente de los negocios, a su  forma de producir, distribuir los bienes y servicios y administrar los recursos: 

 

1.      Una empresa será rentable si la velocidad a la que genera el dinero es mayor a la velocidad a la cual se lo gasta.

 

2.      Los activos dejaron de ser un activo para convertirse en un pasivo.  Mantener inventarios es tolerar costos de mala calidad.

 

3.      La información que se requiere para gestionar, debe contener tanto los costos de hacer como los de no hacer.

 

4.      Si las nuevas características del mercado son las que van a imponer los precios, convirtiéndose en una variable no discrecional, sólo les queda a los administradores los costos y los gastos para lograr su rentabilidad.

 

En un ambiente de competencia, son los costos los que determinan la viabilidad empresarial; mientras más cerca estén los costos de los precios, más fácil será entender que el camino de la permanencia y de la rentabilidad está por los lados de los costos de eficiencia.

Una empresa ya no es ella y su interior, es ella y su entorno.  Calidad, clientes, medio ambiente, proveedores, competencia, entre otros, todo ello se concibe ahora de forma diferente.  La contabilidad de gestión se está configurando como continuo cambio, para dar respuesta a las necesidades planteadas en el seno de las organizaciones, así como optimizar la eficiencia de sus costos y conseguir que sea competitiva.

 

Para competir con éxito en un mercado mundial cada vez más competitivo, una empresa tiene que conocer los costos de toda su cadena económica y tiene que trabajar con otros miembros de la cadena para gestionar los costos y maximizar el rendimiento.  Por ello, las empresas están empezando a dejar de calcular sólo los costos de lo que sucede dentro de su propia organización para empezar a calcular los de toda la actividad económica, en la cual incluso la mayor empresa es sólo un eslabón de la cadena.

 

Por todo lo anterior, es imperante denotar que una eficiente gestión de los costos en ese nuevo entorno organizacional y productivo, puede ser determinante en la medición de resultados y rendimientos como ventaja competitiva.  Hoy, el papel de la contabilidad de gestión está mostrando y evidenciando nuevos horizontes y herramientas útiles en esa labor, tales como:  costos por actividades, control total de la calidad  (TQM), control contable de círculos de calidad, sistemas de planificación de necesidades de materiales  (MRP), tecnologías de producción óptima  (OPT), técnicas justo a tiempo  (JIT), sistemas de fabricación flexible  (FMS), contabilidad de gestión medioambiental, indicadores de gestión integrales  (BSC)  y utilización de sistemas expertos.

 

5.      LA CALIDAD Y SUS COSTOS

 

La calidad es otro aspecto de actualidad, que cobra importancia en el mundo de los negocios y las empresas; en muchas operaciones de manufactura y producción, los problemas de calidad pueden paralizar una planta entera y ocasionar una reacción en cadena en la red de distribución.  Esto se debe ante todo a la naturaleza integrada de los procesos de producción, que además puede exacerbarse por aspectos como un inventario  “justo a tiempo”.  A menudo, las fallas en el envío de productos generan interrupciones costosas para los clientes, indemnizaciones onerosas, y algo aún mas lamentable:  clientes insatisfechos.  Los programas de calidad de productos y servicios se han desplazado de las operaciones de manufactura al trabajo del conocimiento y de servicios.  La nueva materia prima es el conocimiento, la información y la innovación y estas son las principales fuentes de valor.

 

La necesidad de reaccionar con rapidez a las condiciones cambiantes del mercado, amenazas competitivas y exigencias del cliente se constituyen en otro desafío creciente para las empresas.  El tiempo de innovación para entregar al mercado rápidamente el producto o servicio, se reduce cada vez más en la mayor parte de los sectores industriales y de negocios.  Por ejemplo, se están iniciando programas para la  “clientilización masiva”  en diversos sectores.

 

La capacidad y el tiempo para reaccionar son aspectos claves al plantear estrategias y capacitar a las organizaciones para que sean más oportunas y dirigidas al mercado.  En los mercados globales hay una necesidad de eliminar, o al menos reducir, las dependencias con respecto al tiempo y al espacio.  El viejo proverbio  “más vale tarde que nunca”  se ha modificado a  “es mejor nunca que tarde”.  Con frecuencia, es preferible no comenzar a desarrollar un producto que llegar al mercado después de un competidor, o después de que el mercado se ha transformado.

 

Gestionar la producción representa, entonces, disponer de insumos y factores, de tal manera que de su combinación resulte la generación del bien o la prestación de un servicio, en las condiciones de calidad, cantidad y oportunidad requeridas.  En la prestación de los servicios surge el concepto de calidad como un derrotero esencial a seguir; la calidad en el caso de los servicios, puede ser más observable como satisfacción del cliente que como cumplimiento de especificaciones, aspecto que se presenta de manera inversa en el caso de los bienes tangibles.

 

Un enfoque de calidad en las organizaciones, requiere de una gestión de recursos importantes que involucre a todos los procesos en dicha cultura; desde los procesos internos de producción, innovación, mercadeo, talento humano, como aquellos de naturaleza externa que respondan a las exigencias y necesidades de los clientes, más allá de sus expectativas.  Un enfoque de calidad reduce costos y aumenta la satisfacción del cliente.  Si en un ambiente competitivo se están mejorando las condiciones en busca de la calidad en todos los sentidos, una empresa que no invierte en ello, experimentará una caída en su participación de mercado, y por lo tanto en sus ingresos y utilidades.

 

Así, el concepto de calidad hoy tiene que ver con la totalidad de los rasgos y características de un bien o servicio, de acuerdo con ciertas especificaciones para satisfacer al cliente en el tiempo de compra y durante el uso.  Esa calidad se puede dividir en:  a) Calidad en el diseño:  que tiene que ver con las características del producto que satisfacen las necesidades y exigencias de los clientes;  y b) calidad en el cumplimiento:  evalúa el desempeño de los bienes de acuerdo con su diseño y especificaciones.

Comúnmente la medición de costos se enfoca hacia el control de aquellas erogaciones que son necesarios para prevenir y/o obtener la calidad, o aquellos costos que surgen como resultado de una producción de baja calidad  (reprocesos – desperdicios).  En el entorno tradicional la contabilidad de costos consideraba sólo el costo de inspección, los defectos de calidad no se entendían como costo; a partir de los 80 la contabilidad de costos tendió a reconocer y registrar tanto el costo de inspección como el ahorro de costos por el no reproceso de la producción y el beneficio por el incremento de la producción y la satisfacción del cliente.

 

Actualmente, para efectos de abordar una metodología de actividades, que involucran costos de calidad, se podrían mencionar las siguientes, con sus respectivos costos:

 

Actividades de ingeniería de producción:  incurre en costos de previsión, los cuales surgen para evitar la fabricación de productos que no estén de acuerdo con las especificaciones o exigencias, tales como:  ingeniería de diseño, ingeniería de proceso, ingeniería de calidad.

 

Actividades de inspección:  incurre en costos de examinación o revisión, los cuales surgen con el objetivo de detectar las unidades individuales de productos que no cumplen con las especificaciones o exigencias, tales como:  prueba de producto, inspección de proceso, revisión de productos.

 

Las dos actividades anteriores, conjuntamente incurren en costos de falla interna, los cuales surgen cuando un producto no cumple con las especificaciones del cliente, antes de ser despachado, tales como:  reprocesos, desperdicios, mantenimiento de maquinaria, perdida del producto, nueva ingeniería del proceso.

 

Actividades post-venta:  incurre en costos de falla externa, los cuales surgen cuando un producto no cumple con las especificaciones y exigencias del cliente, después de ser entregado o embarcado al cliente, tales como:  costos de transporte, costos de garantía y reparación, quejas, soporte al cliente.

 

Para que una organización pueda evidenciar la influencia de una adecuada política de calidad, y la representatividad de los costos incurridos, se requiere un análisis de costo de oportunidad, donde en cada una de las actividades se denotará la relación del margen de contribución, con las unidades que deban ser revisadas, reparadas, devueltas, perdidas o dejadas de vender.  Para ello, existen técnicas estadísticas y administrativas de mucha ayuda en el análisis de los problemas de calidad, tales como:  las gráficas de control, los diagramas de paretto o los diagramas de causa-efecto, que pueden detectar las áreas críticas de la organización, donde se pueden iniciar y/o concentrar los problemas de calidad, ya sea por factores humanos, de método, diseño, de materiales, componentes o con el desempeño final del producto.

 

Así, aparecen entonces las medidas no financieras, indicadoras de la gestión de la calidad en las organizaciones, en ese proceso interno y externo de satisfacción del cliente, tales como:  las unidades defectuosas que se entregan al cliente del total de entregas, el número de quejas de los clientes, el porcentaje de productos con fallas iniciales o fallas excesivas, las entregas tardías, el número de defectos por líneas de producto, y otras; todas estas medidas son fundamentales en un análisis del costo de cada actividad operativa y administrativa, como generadores de valor, que contribuyen al logro del objetivo básico financiero de las organizaciones.

 

6.      LA GESTION AMBIENTAL Y SUS COSTOS

 

Teniendo presente que estamos ante las realidades de una sociedad post industrial, que avasalla con el entorno tecnológico, como medio e instrumento de eficiencia y productividad, una planeación no programada de la evolución de ese entorno  (el tecnológico)  tiene efectos perjudiciales, con consecuencias de segundo o tercer orden que se pasan frecuentemente por alto y sin duda no se esperaban, debido al fraccionamiento de las actividades que realiza el hombre, ignorando que hace parte de un medio natural, que como sistema se ve afectado por la alteración humana de los subsistemas que lo componen.  El ejemplo está dado desde las sociedades agrícolas e industriales; la utilización creciente de fertilizantes baratos fue uno de los elementos que produjeron la revolución en la productividad agrícola, pero el trasvase de los nitratos a los ríos ha sido una de las fuentes de la polución.  La introducción del D.D.T. como pesticida salvó muchas cosechas, pero destruyó también la vida silvestre y a los pájaros.  En los automóviles, el motor de gasolina fue más eficiente que el de vapor, pero polucionó el aire.  La causa se encuentra en que la introducción de la tecnología se llevó a cabo de manera incontrolada, y sus iniciadores se interesaron sólo por los efectos de primer grado.

 

No es necesario demostrar que la sociedad actual depende vitalmente de los bienes y servicios ambientales derivados de los ecosistemas naturales y transformados que la rodean.  En cualquier lugar habitado por el hombre, el aire sano, unos suelos productivos, algunos parques, ríos o fuentes de agua, son tan importantes en las necesidades básicas como la educación o la infraestructura física.  En términos generales, se puede decir que el capital natural hace parte fundamental de la infraestructura económica y social de una sociedad, si se tiene en cuenta las múltiples funciones que dicho capital cumple para la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales.

 

Los recursos naturales  (biodiversidad, agua, ríos, atmósfera)  son parte del capital con que cuenta la sociedad, y por esto deben ser parte de los análisis económicos.  Sin embargo, debido a algunas características propias de estos bienes  (por ejemplo, son públicos en su mayoría), los mismos han sido omitidos de los análisis económicos tradicionales; excluirlos del proceso de toma de decisiones implicaba aceptar de antemano que estos no tienen valor económico, o peor aún que no son recursos escasos, que pueden ser utilizados indiscriminadamente y que su uso no genera ingresos o costos a una sociedad.

 

Es imperante demostrar que el medio ambiente y los recursos derivados de la naturaleza y sus ecosistemas, por considerarse públicos, comunes y con la distinción de externalidad, pueden carecer de precio  (en sentido económico)  pero tienen valor, ajustado a las siguientes funciones:

 

1.      Forman parte de la función de producción  (producción, distribución y consumo).

2.      Actúan como receptores de residuos y desechos de toda clase, tanto de la actividad productiva como individual y familiar de la sociedad.

3.      Proporcionan los bienes, cuyos servicios son demandados por la sociedad.

4.      Constituyen un sistema integrado que proporciona los medios para sostener toda clase de vida.

 

El problema radica en que la valoración está determinada o condicionada por una sociedad que asigna recursos, bajo un sistema de mercado, solucionando el qué, cómo, cuánto y cuándo producir.  Los recursos naturales tienen la característica de ser de libre acceso, no exclusión para el consumo, ofrecimiento a todas las personas, y por las mismas carecen de un mercado de intercambio.  Debido a ello, el sistema de mercado no proporciona ninguna indicación con respecto al valor de los mismos, lo que lleva a que sean considerados gratuitos, a que su uso o consumo no tenga ningún costo y a que se produzca la sobreexplotación correspondiente.  Lo correcto sería buscar entonces un mercado para dichos bienes?  Es decir, encontrar una forma de valoración monetaria?  No bastaría con saber que son importantes para el hombre y sus relaciones con el medio ambiente?

 

Aparecen entonces varios tipos de análisis, como el de relación costo-beneficio, pudiendo determinar los costos de un programa ambiental, los costos para toda una economía de lograr las metas establecidas, los costos de regular el control de contaminación; o tal vez análisis de costos de oportunidad, como una alternativa en la cual se habrían podido invertir los recursos y a la cual la sociedad tendría que renunciar cuando los recursos se utilizaran en otra forma específica.

 

Teniendo presente que una valoración monetaria, no es precisamente una valoración de mercado, mencionaré algunas metodologías, surgidas de la disciplina económica, que intentan resolver el problema de valoración de dichos bienes, entendido este como un valor económico total, como la suma de dos grupos de valores:  valores de uso y valores de no uso.  Los valores de uso se dividen en usos directos, como actividades de aprovechamiento dentro del ecosistema y usos indirectos, que son los efectos fuera del ecosistema.  Los valores de no uso siempre parecen más abstractos, pero no por eso dejan de ser importantes; pueden ser valores de opción y valores de existencia.  Los valores de opción, se refieren a cuánto está dispuesta la gente a pagar por mantener abierta la opción de usar el ecosistema en el futuro.  Los valores de existencia, son aquellos que el hombre pone a ese ecosistema, simplemente porque siga existiendo, aunque nunca piense utilizarlo, visitarlo o disfrutarlo.

 

 

 

 

Métodos directos:

 

·        Valuación de bienes sustitutos.  Algunos bienes ambientales son insustituibles; son aquellos que mantienen las funciones básicas de mantener la vida.  Sin embargo, para la gran mayoría de los bienes ambientales, se pueden encontrar sustitutos, parciales o totales.  Algunos sustitutos tienen costos más altos o más bajos.  La idea central de este método es fijarse cuánto cuesta proveer esos sustitutos, para compararlo con los beneficios que se obtienen de alterar o destruir el ecosistema.

 

·        Costo del viaje.  Cuando la gente decide visitar un lugar por su belleza escénica o por conocer de cerca sus maravillas naturales, está incurriendo en un costo, aunque el precio de acceso sea cero.  Las personas incurren en costos de transporte, de tiempo y de sustitución de alternativas de recreación.

 

·        Valoración contingente.  Cuando no hay mercado para un bien o servicio, una aproximación es preguntarle directamente a la gente cuánto estaría dispuesta a pagar por él.  Puede ser usada como un indicador del valor que tiene el bien realmente.  Puede determinar el máximo valor que se está dispuesto a pagar para que un ecosistema o especie se conserve, o lo mínimo que se está dispuesto a aceptar a cambio de permitir que ocurra un daño ambiental.

 

·        Función de producción.  La función de un bien requiere de varios factores.  La teoría económica clásica los resumía en tres:  tierra, trabajo y capital.  Después, los economistas neoclásicos desarrollaron sus modelos únicamente con trabajo y capital, como factores.  De acuerdo con la teoría económica, los factores se combinan en el proceso productivo para proveer bienes o servicios.  La manera en que se combinan se modela como una función.  Estimar esa función permite saber cuánto está aportando marginalmente cada uno de los factores y de ahí estimar el precio que tendrían, dadas ciertas circunstancias de demanda.  Para evaluar los recursos del medio ambiente, la idea es introducirlos en la función de producción como un factor más y de manera separada.  Una vez conocido su aporte marginal se puede estimar su precio.

 

·        Método de los precios hedónicos.  Esta teoría indica que un bien privado no se adquiere para disfrutar del bien ambiental, sino que el bien ambiental es una de las características del bien privado.  Los precios hedónicos intentan descubrir todos los atributos del bien que explican su precio y discriminar la importancia cuantitativa de cada uno de ellos; atribuir a cada característica un precio implícito.

 

Métodos Indirectos: 

 

Hay ocasiones en que el bien ambiental no es disfrutado directamente.  Únicamente se pueden ver sus efectos a través del daño que causan sobre otros bienes y servicios.  La base de los métodos indirectos son las funciones dosis-respuesta.  Estas funciones relacionan un cambio en la variable ambiental con cambios en variables que pueden ser medidas directamente.  En ocasiones puede ser que la  “respuesta”  si tenga mercado, si no, se aplica alguno de los métodos directos.  Dicha función arroja información acerca de cómo se ve afectado un receptor por la calidad del medio ambiente.

 

Ahora bien, lo enunciado pertenece a la esfera de la disciplina económica, en el afán de reconocer de manera alternativa la existencia de los bienes que brinda la naturaleza y que el hombre modifica o interviene; para lo cual destaca algunas salidas, utilizando métodos que endurezcan con mediciones el valor de la intervención, de la no intervención, del disfrute y hasta el legado futuro de dichos bienes.

 

Cuál sería entonces el papel de la disciplina contable, como observadora de hechos enumerables que sean útiles a las organizaciones en un entorno post industrial?  Y es que la crisis ambiental por sí misma proviene del fracaso de las estructuras organizacionales, de la ética de los negocios, de la estructura conceptual económica y de los sistemas de contabilidad para reconocer la naturaleza  (Rob Gray et. al., 1992);  y el problema comienza cuando los asuntos ambientales entran en conflicto con los criterios financieros.  El papel del Contador debe ir más allá del mantenimiento del sistema de información financiera.

 

Son precisamente las organizaciones que han adoptado nuevas tecnologías de gestión como la administración total de la calidad  (TQM), quienes empiezan a involucrar criterios ambientales, para la medición del desempeño; entendiendo que los residuos y desperdicios generados en el proceso productivo pueden ser recudidos, conllevando a menores impactos en los costos de producción y consecuentemente menores costos sociales por contaminación.  Pero ese camino de sensibilización ambiental no puede ser particular, deben generarse procesos de liderazgo en políticas ambientales, ya que todas las actividades de una organización, desde las más simples tienen impacto sobre el ambiente.  “Cuando los administradores ven que su ejecución de las políticas de responsabilidad social y de los programas es evaluada con base en decisiones de promoción y compensación, junto con el desempeño en el cumplimiento de objetivos familiares de utilidad, costo y productividad, ellos tendrán confianza y estarán motivados.  Por razones obvias y válidas los administradores medios concentran su atención y habilidades en el cumplimiento de los objetivos de desempeño, de los cuales saben que son responsables.  Ellos valoran la responsabilidad en términos de dos criterios familiares:  el primero es qué se mide y el segundo es qué se recompensa”  (Ashen – 1980, citado en Gray Et. al., 1992)

 

La anterior cita demuestra que son las organizaciones y sus sistemas las que están llamadas a generar estrategias para el reconocimiento de los efectos ambientales y su consecuente minimización, que incorpora valores monetarios y que pueden ser reconocidas en los sistemas contables, financieros y administrativos.  La crisis ambiental es un resultado inevitable de la manera como contabilizamos lo que hacemos y las áreas de conflicto son:

 

q       Los criterios de valoración de inversiones.

q       Los criterios de valoración del desempeño.

q       Las limitaciones presupuestales.

q       El desempeño de las cotizaciones.

q       La información de utilidades por acción.

q       Prioridades en el informe anual.

q       Costos de diseño.

q       Creación de nuevos sistemas de información.

q       Pronosticación.

q       Valoración de costos ambientales.

q       Costos de sostenibilidad.

 

Estas áreas de conflicto pretenden mostrar que son todas las funciones organizacionales las que requieren valoración, pero no existe una única manera de incorporarlas.  Existen diversas metodologías como los flujos descontados, las valoraciones de mercado, el beneficio por acción, etc., las cuales reflejan escenarios de corto plazo o un horizonte de recuperación financiera de la inversión, sin involucrar los efectos posteriores en la vida de un proyecto.  El único régimen de valoración de inversiones que puede ser capaz de tener fuerza suficiente en una empresa grande o mediana es la cultura TQM/EQM, que desanima continuamente la valoración convencional.  En esta, la calidad se define en términos de ser el mejor en aquello que hacemos e incorporando los requerimientos de cero accidentes en salud, seguridad y factores ambientales.  Entonces, por qué el Contador se debe involucrar en los problemas ambientales?  Porque ejerce un papel fundamental en los negocios; es de su competencia abordar los costos correctos y los problemas de las cuentas de resultados, la ventaja competitiva y la eficiencia de los costos, problemas de valoración de activos, obligaciones contingentes y riesgos ambientales.  Rob Gray enuncia cinco formas de contribuir a la administración ambiental:

 

1.      Modificar los actuales sistemas contables.

2.      Eliminar elementos conflictivos de los sistemas contables  (valorizaciones).

3.      Planear las implicaciones financieras de la agenda ambiental.

4.      Introducir el desempeño ambiental a la información externa.

5.      Desarrollar nuevos sistemas de contabilidad y de información  (eco-balance general).

 

Qué debe incluir entonces una contabilidad ambiental?

 

1.      Contabilidad para riesgos y obligaciones contingentes.

2.      Contabilidad para revaluación de activos y protección de capital.

3.      Análisis de costos:  energía, desechos, empaques y protección ambiental.  Costos de oportunidad y costos de sostenibilidad.

4.      Valoración de inversiones; incluyendo factores ambientales.

5.      Desarrollo de nuevos sistemas de información y contabilidad.

6.      Valoración de costo-beneficio en programas de mejoramiento ambiental.

7.      Desarrollo de técnicas contables que expresen activos y pasivos y costos en términos ecológicos.

 

Para el análisis de costos, es pertinente primero definir lo que entendemos por costo.  Pedersen desarrolla la idea de sacrificio, y define:  “costo es el consumo valorado en dinero de bienes y servicios para la producción que constituye el objetivo de la empresa”.  Para Scheider costo es  “el equivalente monetario de los bienes aplicados o consumidos en el proceso de producción”.  Mientras tanto, la escuela marginalista indica que  “todo sacrificio, para que sea costos, debe aumentar el valor social del bien al que se aplica; todo sacrificio que no cumpla esta condición debe ser considerado como un despilfarro”  (Mallo, et.  al., 2002).  La contabilidad de gestión aplica una metodología inductiva para el cálculo y control de los costos, lo que da lugar a que el costo se muestre como una magnitud de valor relativo que no puede calcularse de modo exacto, ya que existe incertidumbre en la valoración de los consumos en la distribución de estos sobre la producción obtenida.  El costo surge cuando el consumo de los factores de la producción se efectúa para realizar la transformación económica de la cadena de valor empresarial.

 

Si lo ambiental incluye procesos de emisiones, desechos, desempeño de proveedores, diseño de productos, sistemas de administración y conservación de la naturaleza, será aplicable el concepto de costos a cada uno de ellos?  Hoy es evidente que sí; un ejemplo de ello son los costos para el control y disposición de desechos, que están aumentando y lo continúan haciendo; la legislación hará que la estructura de esos costos cambie y tal vez se incremente constantemente.

 

v     Costos por desechos, empaques y reciclaje

 

El desecho se puede entender como despilfarro total y como contaminación.  Despilfarro que se relaciona con usar más de lo necesario y contaminación como el efecto sobre la biosfera para continuar su funcionamiento.

 

Ubicación de los desechos:

 

ü      Emisiones de vehículos.

ü      Escape y pérdida de calor.

ü      Emisiones de aire y gases de efecto invernadero.

ü      Emisiones de aire y lluvia ácida.

ü      Emisiones y vertideros de agua fresca.

ü      Vertideros y emisiones al mar.

ü      Productos industriales.

ü      Empacado.

ü      Productos al final de su uso.

ü      Escapes al aire, agua y terrenos.

ü      Desechos y cloacas domésticos.

ü      Plantas y construcciones abandonadas y descompuestas.

 

Los desechos son un problema global y dado que los problemas ambientales tienen un impacto sobre las etapas iniciales en una cadena de producción, las entradas a la organización progresivamente serán más costosas.  Ejemplo de esa tendencia, son:

 

1.      El volumen total de desechos generados.

 

2.      Reducción en las facilidades de disposición de desechos.

 

3.      Aumento de la conciencia respecto de las consecuencias.

 

4.      Incremento de costos de transporte.

 

5.      Costos de seguros.

 

6.      Problemas de seguridad en la disposición.

 

7.      Incremento en el cuidado posterior de los desechos.

 

8.      Incremento en los costos legales.

 

Razones para minimizar los desechos:

 

Reduce:

 

§         Los costos de producción.

§         Los costos de monitoreo y tratamiento el sitio.

§         Los costos de manipulación, transporte y disposición fuera del sitio.

§         Los costos de materia prima.

§         Los costos de energía y agua.

§         Los costos de obligaciones y seguros ambientales de largo plazo.

§         Riesgos de vertimientos y accidentes.

 

Y mejora:

 

§         Los ingresos mediante la venta de desechos reusables.

§         La eficiencia en la operación global.

§         La seguridad de los empleados.

§         La imagen de la compañía a los ojos de accionistas, empleados y comunidad.

 

Existen experiencias de ahorros financieros, como la PPP  (pago por prevención de contaminación)  y el proyecto WRAP  (pagos siempre que haya reducción de desechos); pero lo clave de todos los programas ha sido que han estado empatados a la cultura TQM y directamente a los sistemas financieros, donde se tienen en cuenta la inspección, el reproceso, el reciclaje y la disposición más profesional de los desechos.

 

En cuanto al empacado, es fundamental tener presente que es también un desecho, ambientalmente considerado, pero las empresas tienen un propósito muy particular dirigido al cliente con sus empaques:  para la compañía los propósitos de empacado son claros:  protección en el transporte, amontonamiento, realce durante la permanencia en anaqueles, exhibición, mercadeo y un medio de comunicación con el comprador.  Hoy, los costos en este aspecto son los rediseños del empaque, la marco, recubrimiento y reuso del mismo.  Así, la administración de desechos, empacado y reciclado automático debería seguir una buena administración ambiental vinculada a un enfoque activo y sensible para la administración del negocio.

 

Por último, la contabilidad de gestión debe estar en capacidad de incluir los costos de oportunidad y los costos sostenibles, como instrumentos de administración ambiental en las organizaciones. 

 

v     Costos de oportunidad.  Se debe reconocer que hay muchas inversiones que una empresa no puede realizar; pueden ser estratégicas y hasta relacionarse con TQM, pero los costos de oportunidad de no invertir sobre  las base de un criterio ambiental serán considerables; ejemplo, cierre de la planta.

 

v     Costos sostenibles.  Cada organización, cada centro de costos, cada inversión, debe requerir al final de cada período contable, el abandono de la biosfera con menos daños.  Un proyecto de inversión que incorpore los costos de reparar el daño causado a la biosfera puede constituir una muy diferente propuesta financiera.  Estos costos se desagregan del concepto de sostenibilidad:  tratar el mundo como si tuviéramos la intención de permanecer en él.

 

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 

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