ADOLFO LEÓN  TORRES RODRÍGUEZ


El Maestro Adolfo León Torres Rodríguez, nació en Popayán en 1951. Inicia como estudiante de contaduría en la universidad del Cauca, la cual abandona para finalmente obedecer a su vocación de artista motivado por los  maestros Iván Valencia y Ever Astudillo. De esta manera, el maestro Torres inicia sus estudios de pregrado en la Facultad de Artes de la misma Universidad, de la cual en la actualidad es profesor titular de las cátedras de dibujo y pintura.

Luego de graduarse, el Maestro Torres viaja a México en comisión de estudios a realizar la Maestría en artes Visuales-Pintura en la Universidad Nacional Autónoma de México, obteniendo el titulo de Maestro en Artes Visuales con énfasis en pintura, obteniendo  mención  de honor por su trabajo plástico.

Su estadía en México significó los primeros contactos con el arte urbano y su referencia con  el Muralismo Mexicano. Conoce al Maestro Rufino Tamayo y su espléndida obra  exaltada en su expresionismo y simbolismo de vanguardia latinoamericana. La imaginería popular mexicana, con sus cultos profanos y sagrados encuentra eco en las tradiciones populares de Popayán, expresado en las procesiones de la Semana Santa y en los aspectos folclóricos tradicionales musicales ejemplarizadas en los grupos de chirimías caucanas que el maestro Torres plantea como uno  de sus referentes artísticos permanentes de su obra. 

El maestro Torres manifiesta en su autobiografía:

Hay todo un carnaval secreto en mis figuras, intrusos fantasmas exorcizados en mis cuadros, lo mismo que el dolor del hombre perdido en su impotencia. De allí mis "Míticos"(1988) y "Sacrificios" (2002), o la historia que uno quiere reencontrar en los ancestros milenarios, en "Viacrucis 500 años"(1992).

Soy sensible a la belleza de las formas "Desnudos"(1995)., tanto como a los lugares entrañables de nuestra arquitectura colonial (serie” interiores"1998), lo mismo que a los testimonios de un pueblo que siembra su música en el tiempo (serie "Chirimías"), como dejo memoria en el monumento escultórico de “Chirimía” (2000).

Pero es, ante todo, mi propio rostro, lo que busco permanentemente en medio de las sombras ("Autorretratos"1993), y para ello debo explorar el límite de mis posibilidades, deambular entre los hombres, ser sensible al sufrimiento humano, inquirir el porqué de la angustia que signa la historia desde siempre, el porqué la violencia opaca la felicidad de esta patria del Sagrado Corazón; y entonces veo que el Cristo es la imagen viva del acontecer individual y universal, inquietudes que revelo en mi última exposición, “Entre Pasos” (2007), enraizada en nuestra centenaria cultura religiosa y procesional de  la Semana Santa de Popayán. 

Su amigo Pintor y Poeta Rodrigo Valencia Quijano expresa, acerca de su última producción individual ENTREPASOS año 2007:

     ¿Qué hay entre pasos, entre el humo de las ceremonias, de las reliquias, los ruegos, los atuendos de liturgia, las imágenes procesionales, los innumerables pasos del carguero, las alcayatas, alpargatas, el aroma del incienso, la guardia de los centinelas, el incansable mirar del transeúnte entre el sereno, las marchas fúnebres, la luz de las veladoras y el ajetreo de multitudes?

     ¿Qué decir del dolor de los Cristos, del tormento, de los azotes, de las lamentaciones, de las negaciones, de los descendimientos, de los ojos llorosos de los santos,  de  toda la parafernalia  que induce a las miradas del devoto al asombro dejado entre anhelos y preguntas sin respuestas?

     ¿Es la fe, evento de multitudes, cultura sellada por idiosincrasias y costumbres, la expectativa de mirar, aunque sea por medio de símbolos, el significado o vivencia de lo sacro, esa llaga infinita que lleva el ser humano muy adentro, como el sagrado corazón?

   Sólo alturas infinitas, sólo el cruce atemporal de las reconditeces sacratísimas del alma nos pueden responder. Sin embargo, la urgencia de los tiempos nos niega un lugar para lo fundamental; nos entretiene en la mácula profana de acontecimientos del vivir externo. ¿Pero la pregunta infinita, la ecuación indescifrada, el eco allende la estructura interior de los espíritus, los lenguajes ignorados, la metafísica de las vivencias, quedan expresadas en esos ritos que el tiempo, la historia y el anhelo humano presienten desde siempre y para siempre, al menos para las miradas devotas?

Ha realizado los proyectos de investigación-creación “El télfor como soporte alternativo en el dibujo y la pintura de caballete” (1999), y el monumento “La chirimía” (2000). Actualmente es director del Grupo de Investigación-Creación “Artes 2000, de la Facultad de Artes, Universidad del Cauca.

“Opino que el Arte da sentido a la existencia y nos abre umbrales hacia la trascendencia”

Adolfo León Torres Rodríguez